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miércoles, 4 de noviembre de 2009

REFRESCATE


Después de saciar nuestro apetito sexual,
nada mejor que una ducha,
para los músculos relajar,
dejar el agua correr de tu cabeza a los pies.
Jabonar nuestro cuerpo con mucha suavidad,
que la esponja se convierta,
en un objeto sexual,
que al pasarla por tu cuerpo sientas algo mas,
que tus manos acaricien tu cara,
que tus dedos recorran tus mejillas
que tus manos se paren en tus labios
que tus labios las besen de orilla a orilla.
Con ellas empieza acariciar,
tu mentón tu cuello tus pechos,
déjalas deslizar,
que te acaricien mas allá.
Déjate llevar,
siente el placer,
de una ducha refrescante,
de un momento excitante.
Que lo que se oiga esta vez no sea una canción,
que sean los gemidos,
de un momento de calentón,
que los escuche tu acompañante,
y que este desee acompañarte,
uffffff, se suponia que,
este baño ere refrescante.